Los presos en huelga de hambre de la cárcel de California siguen resistiendo
“Nos encontramos actualmente en un momento crítico en el que cada minuto que pasa es extremadamente agotador mental y físicamente. Muchos de los que estamos participando [en la huelga de hambre] desde el primer día sufrimos daños que pueden ser irreversibles y nos enfrentamos a la posibilidad muy real de morir”, Aurturo Castellano ,preso en huelga de hambre desde hace 55 días de la cárcel Pelican Bay y representante de la Unidad de Alta Seguridad.
El Departamento de Correcciones y de Rehabilitación de California (CDCR, por sus siglas en inglés [agencia estatal de California que gestiona todas las prisiones de este Estado, n. de la t.]) se niega a negociar con los presos en huelga de hambre cuando estos empiezan el día 56 de protestas en régimen de aislamiento y en unas condiciones inhumanas. Los presos en huelga de hambre corren cada vez más peligro de padecer un ataque al corazón, pero mantienen su decisión de continuar su resistencia hasta que el CDCR acceda a negociar sus cinco reivindicaciones principales .
El gobernador [de California] Jerry Brown mantiene la misma actitud de negarse a negociar con la esperanza de que las medidas punitivas tomadas por el CDCR en contra de los presos en huelga de hambre, como negarles tratamiento médico, echar aire frío en las celdas, retener el correo y denegar las visitas, acabará con las protestas. En vez de negociar, el gobernador Brown quiere dedicar millones de dólares a expandir el complejo industrial de prisiones en California que beneficia a los grandes negocios al tiempo que encarcela a cada vez más miembros de la clase trabajadora.
La negativa del CDCR y del gobernador Brown a negociar con los presos en huelga de hambre está ganando cada vez más condenas en toda California. En los últimos días criminólogos y reformadores de la justicia penal han pedido a Brown y al CDCR que inicien inmediatamente las negociaciones con los presos en huelga de hambre y “acaben con los gestos que tienen finalidad política y con los insultos, y empiecen a negociar antes de que las manos se les manchen de sangre”.
Mientras tanto la Conferencia de California de Obispos Católicos han vuelto a reiterar su oposición al uso por parte del CDCR del régimen de aislamiento de los presos y se ha ofrecido a participar en cualquier comité de supervisión “que se pueda nombrar para investigar cualquier supuesta violación de los derechos humanos en las cárceles de California, con el fin de proponer las necesarias medidas correctivas”.
La continua resistencia de los presos en huelga de hambre unida a la cada vez mayor presión pública ha obligado finalmente a destacados políticos de California a intervenir. El 30 de agosto la senadora Loni Hancock (D-Berkeley) y el miembro de la Asamblea Tom Ammiano (D-San Francisco), que son presidentes de los Comités del Senado y la Asamblea, publicaron un comunicado declarando su intención de organizar sesiones públicas sobre las condiciones de las cárceles de California que han llevado a la huelga de hambre. Se han programado que estas sesiones públicas empiecen en otoño y continúen el año próximo.
“ Las cuestiones planteadas por la huelga de hambre son reales, la preocupación por el uso del régimen de aislamiento y las condiciones de este es real y no se pueden seguir ignorando”, declararon la senadora Hancock (D-Berkeley) y el miembro de la Asamblea Ammiano (D-San Francisco) en un comunicado conjunto .
La sesiones se centrarán en dos cuestiones planteadas por la huelga de hambre: las condiciones a las que se enfrentan los presos de las cárceles de máxima seguridad y el efecto que tiene el régimen de aislamiento durante mucho tiempo como una estrategia de la dirección de la cárcel y como una cuestión de derechos humanos.
El miembro de la Asamblea Tom Ammiano , presidente del Comité de la Asamblea sobre Seguridad Pública, fue más allá en su declaración de condena: “Los tribunales han dejado claro que los presos en huelga de hambre abordan aspectos legítimos de política y práctica que tienen que ser revisados. La Asamblea Legislativa tiene un papel fundamental en considerar sus preocupaciones y actuar respecto a ellas. No podemos sentarnos y mirar cómo nuestro Estado invierte dinero en un sistema que el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha declarado que no proporciona unas condiciones constitucionalmente aceptables de encarcelamiento y que las estadísticas demuestran que no ha logrado aumentar la seguridad pública”
Los abogados de los presos en huelga de hambre le comunicarán sus propuestas para las sesiones públicas. Mientras tanto, los presos en huelga de hambre siguen adelante ante unas todavía más punitivas acciones del CDCR. Se ha trasladado a 80 presos en huelga de hambre de la cárcel de Pelican Bay a la de New Fulsom, donde sufrieron malos tratos por parte de las autoridades de la cárcel, lo que llevó a otros presos de esta a unirse a la huelga de hambre en señal de protesta. Es necesario que personas de todo el mundo sigan presionando al CDCR y al gobernador Brown para que negocie de buena fe con los representantes de los presos en huelga de hambre.
En Pelican Bay, los cuatro representantes principales de los presos de la Unidad de Seguridad que iniciaron el llamamiento a una huelga de hambre generalizada han emitido el siguiente llamamiento :
“Apelamos a las personas de conciencia a que hagan oír su oposición. La gente tiene poder para cambiar las cosas ahora. ¡Sabed que nuestro ánimo y nuestra determinación continúan fuertes y que sabemos que podemos contar con todos vosotros! Juntos estamos haciendo que ocurra, no solo por nosotros mismos, sino, lo que es más importante, por las generaciones futuras”.
Con los mayores solidaridad, cariño y respeto. Adelante en la lucha,
Colectivo de la Unidad de Alta Seguridad de la cárcel estatal de Pelican Bay
Todd Ashker, C-58191, PBSP-SHU
Arturo Castellanos, C-17275, PBSP-SHU Antonio Guillen, P-81948, PBSP-SHU
Fuente: http://www.globalresearch.ca/california-prison-hunger-strikers-continue-their-resistance/5347479
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos