Lo que se sabe de cierto, según reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), es que en un periodo de doce meses, los mexicanos fueron víctimas de 22 millones 800 mil delitos de diferente tipificación.
También se sabe -cambiando de fuente- que el gasto en seguridad privada en México se incrementó en 2016 en 17.7 por ciento, hasta 226 mil 700 millones de pesos (equivalente a 1.27 por ciento del Producto Interno Bruto).
Ese gasto se aplicó a la compra e instalación de sofisticados sistemas de cámaras digitales de circuito cerrado con alarmas a larga distancia, blindaje de accesos residenciales y automóviles, chalecos antibalas de última generación para escoltas, pago de seguros de vida y bienes físicos, etcétera.
Se sabe aún más: Las cárceles mexicanas están atiborradas de decenas de miles de presos sin sentencia; no pocos, indiciados por robos famélicos; esto es, hacerse de un pan para saciar el hambre propia y de la familia.
Ya “somos” 15 los mexicanos más ricos del mundo
Lo que no se sabe a ciencia cierta -acaso lo sepan siquiatras de cabecera-, es qué sienten los mexicanos económicamente poderosos, cuando saludan la primavera con puras nuevas que cuentan, y hay que contarlas.
Hace unas horas, el corporativo de medios Forbes dio a conocer su periódica y esperada nómina de los privilegiados más ricos del planeta: Son 2 mil 43. Tienen, para ellos solitos, la descomunal suma acumulada de siete mil 670 billones de dólares (sistema anglosajón).
En esa lista no pueden faltar los “buenos mexicanos”. Si bien el más acaudalado histórico bajó del cuarto al sexto lugar, a la nómina de 2015, de 14, se agregó en diciembre uno más; y ya son 15.
Por obvia causa, ya no aparece en ese listado el potentado Joaquín Guzmán Loera. Algunas buenas conciencias aseguran que nunca debió aparecer.
Sólo sumando la fortuna de los primeros siete de esos agraciados mexicanos, el registro rebasa los 100 mil millones de dólares: 2 000 000 000 000.00 pesos.
Razón bastante para explicar el galopante gasto en seguridad privada. Y eso es que todavía no regresan a México todos los compatriotas que se propone expulsar Donald Trump, según su propio peritaje, “puros criminales”.
Si no hay paz en las calles, ¿cómo puede haber tranquilidad en las conciencias?
Mouris Salloum George
Mouris Salloum George: Director del Club de Periodistas de México A.C.
